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Los Ocho Conceptos

Home>Español>Teoría de Bowen>Los Ocho Conceptos
Los Ocho Conceptos jchen 2017-09-11T16:19:57-04:00
  • 1. Triángulos

  • 2. Diferenciación del Self

  • 3. Sistema Emocional de la Familia Nuclear

  • 4. Proceso de Proyección Familiar

  • 5. Proceso de Transmisión Multigeneracional

  • 6. Corte Emocional

  • 7. Posición entre Hermanos

  • 8. Proceso Emocional en la Sociedad

  • 1. Triángulos

Triángulos

Un triángulo es un sistema de relación entre tres personas. Se le considera la piedra angular o la “molécula” de todo sistema emocional mayor, porque el triángulo es el sistema de relación estable más pequeño. Un sistema emocional de dos personas es inestable en sí mismo, pues tolera poca tensión sin incorporar a una tercera persona. Un triángulo puede contener mucha más tensión antes de involucrar a otra persona, ya que la tensión se puede desplazar entre tres relaciones. Si la tensión se vuelve demasiado alta para ser contenida dentro de un triángulo, esta se extiende a una serie de triángulos “interconectados”. Repartir la tensión puede estabilizar un sistema, pero nada se resuelve.

Las acciones de las personas dentro de un triángulo reflejan, por un lado, sus esfuerzos por mantener los vínculos emocionales con otras personas que le son importantes y, por el otro, las reacciones a la intensidad en esos vínculos. También reflejan la manera en la que las personas toman partido en los conflictos de los demás. Paradójicamente, un triángulo es más estable que una díada, pero un triángulo crea una posición en la que una persona queda excluida. Esta es una posición muy difícil de tolerar. La ansiedad generada por el anticipar estar, o en efecto estar, en la posición de quien está excluido, es una fuerza de gran potencia en los triángulos.

Los patrones en un triángulo cambian cuando aumenta la tensión. En períodos de calma, dos de las personas son cómodamente los “internos/cercanos”, y la tercera persona es un “externo/excluido” incómodo y distante. Los internos excluyen activamente al externo, y el externo intenta acercarse a uno de ellos. Siempre hay alguien incómodo buscando el cambio dentro de un triángulo. Los internos consolidan su vínculo al elegirse entre sí en lugar de elegir al externo, quien se siente menos deseable. Cuando alguien elige a otra persona en lugar de a uno, surgen sentimientos particularmente intensos de rechazo.

Al surgir una tensión de una intensidad de suave a moderada entre los internos, el más incómodo de ellos se acercará al externo. Uno de los internos originales se convierte ahora en el nuevo externo y el externo original es ahora uno de los internos. El nuevo externo hará movimientos automáticos y reactivos predecibles para restaurar su cercanía con uno de los internos. A niveles moderados de tensión, los triángulos habitualmente tienen un lado en conflicto y dos lados en armonía. El conflicto no es propio de la relación en la que existe, sino que refleja el funcionamiento general del triángulo.

A un alto nivel de tensión, la posición del externo se vuelve la más deseable. Si se desarrolla un conflicto importante entre los internos, uno de ellos se cambia a la posición de externo al conseguir que el externo actual se pelee con el otro interno. Si la maniobra del interno tiene éxito, obtiene la posición más cómoda de observar a los otros dos pelearse. Cuando la tensión y el conflicto disminuyen, el externo intentará volver a convertirse en interno.

Los triángulos contribuyen significativamente al desarrollo de problemas clínicos. Por ejemplo, ser !8 empujado desde una posición interna a una posición externa puede desencadenar una depresión o incluso una enfermedad física, o dos padres que se centran intensamente en lo que está mal en un hijo puede provocar una rebelión seria en el hijo.

Ejemplo

Miguel y Marta fueron muy felices durante sus primeros dos años de matrimonio. A Miguel le gustaba tomar las decisiones importantes, y Marta se sentía cómoda con la “fortaleza” de Miguel. Después de algunas dificultades para embarazarse, Marta concibió durante el tercer año del matrimonio, pero fue un embarazo difícil. Sufrió de muchas nauseas durante el primer trimestre y tuvo problemas de presión arterial y aumento de peso conforme avanzaba el embarazo. Con frecuencia le platicaba a Miguel sobre sus inseguridades acerca de ser madre. Miguel era paciente y la tranquilizaba, pero también comenzó a criticarla por ser “infantil”.

Análisis: El embarazo trae más presión a Marta y a la relación marital. Miguel aparentemente apoya a Marta, pero se vuelve reactivo al escuchar de sus ansiedades. La ve como teniendo un problema.

Después de un largo trabajo de parto, nació una niña a quien llamaron Amy. Marta estaba exhausta y no estaba preparada para abandonar el hospital cuando su doctor la dio de alta. Durante los siguientes meses, comenzó a sentirse cada vez más abrumada y extremadamente ansiosa por el bienestar de la pequeña bebé. Buscó apoyarse en Miguel, pero él regresaba más tarde que antes de la oficina y Marta sentía que él la criticaba mucho por sus problemas de adaptación y que no validaba sus preocupaciones por la bebé. Había mucho menos tiempo para que ellos estuvieran juntos, y cuando lo había, Miguel se quejaba de sus problemas de trabajo. Marta comenzó a preocuparse más por asegurarse que Amy, al ir creciendo, no desarrollara las mismas inseguridades que ella. Para lograr esto, le daba la mayor atención posible y la premiaba constantemente por sus logros. Era más fácil para Marta enfocarse en Amy que hablarle a Miguel. Reaccionaba intensamente a sus críticas, reales o imaginarias. Miguel y Marta dedicaban cada vez más de su tiempo juntos a hablar acerca de Amy en lugar de hablar acerca de su relación.

Análisis: Martha es la que está más incómoda con el aumento de la tensión en el matrimonio. La creciente distancia emocional en el matrimonio es equilibrada al sobreinvolucrarse Martha con Amy y Miguel con su trabajo. Miguel está en la posición externa en el triángulo parental, Martha y Amy están en las posiciones internas.

A medida que Amy crecía, demandaba más del tiempo de su madre. Marta sentía que no le podía dedicar suficiente tiempo y que Amy jamás estaría satisfecha. Miguel estaba de acuerdo con Marta en que Amy era muy egoísta y le molestaban sus berrinches cuando no se la complacía. Sin embargo, si Miguel se excedía al criticar a Amy, Marta la defendía diciéndole a Miguel que estaba exagerando. Empero, cuando aparecían tensiones entre Marta y Amy, Marta presionaba a Miguel para que pasara más tiempo con Amy para reafirmarle que la amaban. Él accedía a sus presiones, pero internamente pensaba que estaban siguiendo una política de aplacamiento que estaba haciendo que Amy se volviera más exigente. Miguel pensaba que, si Marta tuviera la madurez de él, Amy sería un problema menor, pero a pesar de eso, generalmente seguía el ejemplo de Marta con relación a Amy.

Análisis: Cuando aumenta la tensión entre Marta y Amy, Miguel se pone del lado de Marta estando de acuerdo en que el problema es Amy. El lado conflictivo del triángulo cambia entonces de estar entre Marta y Amy a estar entre Miguel y Amy. Si el conflicto se intensifica demasiado entre Miguel y Amy, Marta se pone del lado de Amy, el conflicto pasa a estar entre el matrimonio, y Amy obtiene la posición más cómoda, la externa.

  • 2. Diferenciación del Self

Diferenciación del Self

Las familias y otros grupos sociales tienen un gran efecto en la manera de pensar, sentir y actuar de las personas que las componen, pero los individuos varían en su sensibilidad a la manera de pensar del grupo, y los grupos varían en la cantidad de presión que ejercen para lograr la conformidad del resto de las personas. Estas diferencias entre individuos y grupos reflejan las diferencias en los niveles de la diferenciación del self. Entre menos desarrollado esté el self de una persona, mayor será el impacto que los otros tengan en su funcionamiento, y la persona intentará controlar más, activa o pasivamente, el funcionamiento de los otros. Los fundamentos básicos de un self son innatos, pero las relaciones familiares del individuo durante su infancia y adolescencia determinan fundamentalmente cuanto self desarrolla. Una vez establecido, el nivel del self raramente cambia a menos que la persona haga un esfuerzo, estructurado y a largo plazo, para cambiarlo.

Las personas con un self poco diferenciado dependen tanto de la aceptación y aprobación de los demás que, o ajustan rápidamente lo que piensan, dicen y hacen para complacer a los demás, o proclaman a manera de dogma cómo deben ser los otros y los presionan a que se ajusten. Los “matones” dependen de la aprobación y la aceptación tanto como los “camaleones”, pero los matones incitan a los demás a que estén de acuerdo con ellos, en lugar de estar ellos de acuerdo con los demás. El estar en desacuerdo amenaza tanto a un matón como a un camaleón. Un rebelde en extremo es también una persona con un self poco diferenciado, pero pretende ser más diferenciada oponiéndose con frecuencia a la posición de los demás.

Una persona con un self bien diferenciado reconoce de manera realista su dependencia de los demás, pero es capaz de permanecer con suficiente calma y lucidez frente al conflicto, la crítica y el rechazo, para poder distinguir entre el pensamiento basado en una cuidadosa evaluación de los hechos, y el pensamiento nublado por la emoción que surge reactivamente. Los principios adquiridos a conciencia ayudan a guiar la toma de decisiones sobre cuestiones familiares y sociales importantes, permitiendo que la persona sea menos susceptible a los sentimientos pasajeros. Lo que decide y lo que dice, están de acuerdo con lo que hace. Puede actuar de manera desinteresada, pero elige actuar teniendo el interés del grupo en mente, haciendo una elección bien pensada, no reaccionando a las presiones de las relaciones. Al tener confianza en su razonamiento, puede apoyar las ideas de los demás sin ser un discípulo, o las puede rechazar sin polarizar las diferencias. Se define a sí mismo sin imponerse y maneja la presión para ceder con decisión.

Toda sociedad humana tiene personas en muchos niveles de diferenciación entre los extremos de muy baja y alta diferenciación. Consecuentemente, las familias y otros grupos que conforman una sociedad difieren en la intensidad de su interdependencia emocional, dependiendo de los niveles de diferenciación de sus miembros. Mientras más intensa sea esa interdependencia, menor será la capacidad del grupo para adaptarse a los eventos estresantes, sin sufrir de un aumento significativo de ansiedad crónica. Todos estamos sujetos a problemas en el trabajo y en nuestra vida personal, pero la mayor vulnerabilidad de las personas y las familias menos diferenciadas a los períodos de aumento de ansiedad crónica, contribuyen a que sufran considerablemente de síntomas físicos, emocionales o sociales.

Ejemplo

El ejemplo del triángulo Miguel-Marta-Amy refleja la manera en que se manifiesta, en una unidad familiar, una falta de diferenciación del self; en su caso, una unidad con diferenciación moderada. La siguiente descripción nos muestra cómo este triángulo se comportaría si Miguel, Marta y Amy fueran personas más diferenciadas:

Miguel y Marta estaban bastante felices durante los primeros dos años de su matrimonio. A él le gustaba tomar las decisiones importantes, pero nunca asumía que siempre tenía la razón. Siempre decía a Marta lo que estaba pensando y prestaba atención a las ideas que ella manifestaba. Sus conversaciones eran generalmente inteligentes y los llevaban a tomar decisiones que respetaban los intereses vitales de ambos. A Marta siempre le había atraído el sentido de responsabilidad y la disposición a tomar decisiones de Miguel, pero ella también vivía con el principio de que ella era responsable de pensar las cosas por sí misma, y de decirle a Miguel lo que pensaba. No asumía que Miguel generalmente tenía la razón.

Análisis: Debido a que en un matrimonio el nivel de estrés a menudo es menor durante los primeros años, particularmente antes del nacimiento de los hijos y la adición de otras responsabilidades, un matrimonio moderadamente diferenciado menos adaptable y un matrimonio bien diferenciado más adaptable, pueden parecer similares cuando el nivel de tensión es bajo. Es necesario el estrés para desenmascarar los límites de la capacidad de adaptabilidad de una familia.

Marta concibió durante el tercer año del matrimonio y tuvo un embarazo bastante calmado. Tenía algunos problemas físicos, pero los enfrentó con serenidad. Estaba un poco ansiosa de ser una madre adecuada, pero pensaba que podía manejar estos temores. Cuando le habló a Miguel acerca de sus temores, no esperaba que él se los resolviera, sino que pensaba con mayor claridad al conversarlos con él. Él la escuchaba, sin ser complaciente ni conciliador. Reconocía sus propios temores por los cambios que se avecinaban en sus vidas y se los hacía saber a Marta.

Análisis: El estrés asociado a los cambios reales y esperados del embarazo despierta ansiedades tanto en Miguel como en Marta, pero su interacción no aumenta la ansiedad para hacerla crónica. Marta tiene necesidades y expectativas un poco más elevadas de Miguel, pero acepta la responsabilidad de manejar su ansiedad y tiene expectativas realistas sobre lo que él puede hacer por ella. Miguel no se vuelve reactivo a las expectativas de Marta y también reconoce su ansiedad. Cada uno continúa siendo un recurso para el otro.

Después de un trabajo de parto sin contratiempos, nació una niña a quien llamaron Amy. Marta resistió el parto bastante bien y estaba preparada para ir a casa cuando su médico la dio de alta. El cuidado de la niña durante los primeros meses fue físicamente extenuante para Marta, pero no estaba agobiada por las ansiedades acerca del bebé o de su capacidad para ser madre. Seguía hablando con Miguel acerca de sus pensamientos y sentimientos, y aún no sentía que él tenía que hacer algo para hacerla sentir mejor. Miguel tenía presiones que iban en aumento en el trabajo y ella lo entendía. Seguía estando ahí emocionalmente disponible para ella, aunque en ocasiones sólo fuera por teléfono. Se preocupaba por los problemas de su trabajo, pero no se quejaba de ellos con Marta. Cuando ella le preguntaba cómo iba todo, él le respondía con la verdad y agradecía su interés. De vez en cuando, deseaba que Marta no se pusiera tan ansiosa, pero se daba cuenta que ella podía manejarlo. No sentía la necesidad de “arreglar” las cosas para ella.

Análisis: Estando segura de sí misma como persona, Marta se puede relacionar con Amy sin sentirse abrumada por responsabilidades y exigencias, y sin temores infundados por el bienestar de la niña. Estando seguro de sí mismo, Miguel puede enfrentar las necesidades reales de su trabajo sin sentirse culpable por descuidar a Marta. Cada cónyuge reconoce la presión bajo la cual opera el otro y ninguno se queja de estar desatendido. Cada uno de ellos está tan confiado de la lealtad y compromiso del otro, que ninguno de ellos necesita estarlo reafirmando. Al estar los padres cómodamente relacionados entre ellos, a Amy no se le triangula dentro de tensiones maritales. Ella no tiene un vacío que llenar en la vida de su madre creado por la distancia entre sus padres.

Tras algunos meses, Miguel y Marta pudieron darse el tiempo para ellos. Marta descubrió que sus ansiedades acerca de ser madre disminuían y no se preocupaba tanto por Amy. A medida que Amy crecía, Marta la percibía como una niña segura que no necesitaba de atención especial. Siempre se mostraba positiva con Amy, sin halagarla constantemente con el afán de hacerla sentir mejor acerca de sí misma. Miguel y Marta platicaban sobre sus pensamientos y sentimientos acerca de Amy, pero no estaban preocupados por ella. Estaban contentos de tenerla y se complacían en verla crecer.

Amy se convirtió en una niña responsable. Percibía los límites de lo que era posible esperar de sus padres y los respetaba. Casi nunca exigía ni hacía berrinches. Miguel criticaba a Amy de vez en cuando y Marta no la defendía cuando lo hacía. Marta pensaba que Miguel y Amy podían manejar su propia relación. Amy se sentía igual de cómoda con ambos padres y disfrutaba explorando su entorno.

Análisis: Miguel y Marta pueden ver a Amy como una persona separada y distinta. La diferenciación que comienza entre Amy y sus padres es evidente desde que Amy es una niña pequeña. Se han adaptado con bastante éxito a las ansiedades que cada uno experimentaba asociadas a la llegada de un hijo y al aumento de exigencias en la vida profesional de Miguel. Sus altos niveles de diferenciación les permiten un contacto cercano a los tres, con poca triangulación.

  • 3. Sistema Emocional de la Familia Nuclear

Sistema Emocional de la Familia Nuclear

El concepto del sistema emocional de la familia nuclear describe cuatro patrones básicos de relación que determinan dónde se desarrollan los problemas en una familia. Las actitudes y creencias de las personas acerca de las relaciones juegan un rol en los patrones, pero las fuerzas que los impulsan son parte del sistema emocional. Los patrones operan en configuraciones familiares intactas, de padre o madre soltera, de padrastro o madrastra, y otras configuraciones de familia nuclear.

Los problemas o síntomas clínicos suelen desarrollarse durante períodos en que la tensión familiar es elevada y prolongada. El nivel de tensión depende del estrés al que se enfrenta una familia, de cómo se adapta una familia al estrés, y de la conexión de una familia con su familia extendida y redes sociales. La tensión incrementa la actividad de uno o más de los cuatro patrones de relación. El lugar en que se desarrollan los síntomas depende de cuales patrones son más activos. Mientras más elevada la tensión, mayor es la probabilidad de que los síntomas sean severos y que varias personas presenten síntomas.

Los cuatro patrones de relación básicos son:

Conflicto marital – Se produce cuando al aumentar la tensión familiar los cónyuges se vuelven más ansiosos, y ambos expresan su ansiedad en la relación marital, centrándose en lo que está mal en el otro, intentando controlarlo y ambos resistiendo al control.

Disfunción en un cónyuge – Ocurre cuando un cónyuge presiona al otro para pensar y actuar de ciertas maneras y el otro cede a la presión. Ambos cónyuges se ajustan para conservar la armonía, pero uno lo hace en mayor medida. En cierto nivel de ansiedad, la interacción es cómoda para ambas personas, pero si la tensión familiar se eleva, el cónyuge subordinado puede ceder tanto autocontrol que su ansiedad se incrementa significativamente. Si otros factores necesarios están presentes, la ansiedad favorece el desarrollo de una disfunción psiquiátrica, médica o social.

Deterioro en uno o más hijos – Se produce cuando los cónyuges enfocan sus ansiedades en uno o más de sus hijos. Se preocupan excesivamente por este hijo y por lo general tienen una imagen idealizada o negativa de él/ella. Mientras más se enfoquen los padres en el hijo, más se enfoca el hijo en ellos. Se comporta más reactivamente que sus hermanos a las actitudes, necesidades y expectativas de los padres. El proceso socava la diferenciación del niño con respecto a la familia y lo hace vulnerable a actuar o interiorizar las tensiones familiares. La ansiedad del hijo puede ser un impedimento para su desempeño en la escuela, para sus relaciones sociales, e incluso para su salud.

Distancia emocional – Este patrón está comúnmente asociado con los otros. Las personas se alejan entre sí para reducir la intensidad de la relación, pero se corre el riesgo de aislarse demasiado.

Los patrones básicos de relación dan como resultado que las tensiones de la familia recaigan en algunas partes de ella. Cuanta más ansiedad absorbe una persona o una relación, menos tendrán que absorber las demás personas. Esto significa que algunos miembros de la familia mantienen su funcionamiento a expensas de otros. Las personas no tienen la intención de dañarse entre sí, pero cuando la ansiedad incide sobre el comportamiento de manera crónica, generalmente alguien sufre por ello.

Ejemplo

Retomando el ejemplo del triángulo parental de Miguel, Marta y Amy para ilustrar el concepto del sistema emocional de la familia nuclear, las tensiones generadas por las interacciones de Miguel y Marta conllevan a una distancia emocional entre ellos y a un foco ansioso sobre Amy. Amy reacciona al sobre involucramiento emocional de sus padres con ella, haciendo demandas inmaduras hacia ellos, particularmente sobre su madre.

Análisis: El sobreinvolucramiento emocional de un padre/madre con un hijo programa al hijo a estar tan enfocado emocionalmente en el padre como lo está el padre en el hijo, y a reaccionar intensamente a las señales reales o imaginarias de alejamiento del padre.

Cuando Amy tenía cuatro años, Marta quedó embarazada otra vez. Ella quería otro hijo, pero pronto comenzó a preocuparse de su capacidad de satisfacer las necesidades emocionales de dos hijos. ¿Se le haría daño a Amy por sentirse excluida? A Marta le preocupaba decirle a Amy que pronto tendría un hermanito o hermanita, queriendo postergar el mayor tiempo posible tener que enfrentarse a su reacción anticipada. Miguel pensaba que eso era tonto, pero se mostraba de acuerdo con Marta. En apariencia, él apoyaba el embarazo, también quería otro hijo, pero le preocupaban las habilidades de Marta para hacerse cargo de dos hijos.

Análisis: Marta externaliza su ansiedad hacia Amy en lugar de hacia su esposo o en lugar de internalizarla. Miguel evita el conflicto con Marta apoyando el foco sobre Amy, y evita enfrentar sus propias ansiedades enfocándose en las habilidades de enfrentamiento de Marta.

Aparte de sus ansiedades moderadamente intensas sobre Amy, el segundo embarazo de Marta fue más fácil que el primero. Nació sin complicaciones otra niña, Marie. Esta vez Miguel se tomó más tiempo fuera del trabajo para ayudar en el hogar, sintiendo y viendo que Marta parecía estar “en el límite”. Comenzó a encargarse de muchos quehaceres de la casa, incluso era más directivo con Marta. Marta estaba obsesionada con que Amy se sintiera desplazada por Marie, y cedía aún más a sus exigencias de atención. Marta y Amy comenzaron a tener conflictos por la disponibilidad de Marta para ella. Cuando Miguel llegaba a casa por la noche, separaba a Amy de su madre y la entretenía. También comenzó a sentirse descuidado y bastante decepcionado por la falta de habilidades de adaptación de Marta.

Marta había sido algo bebedora antes de casarse con Miguel y después de que nació Amy, pero lo había dejado por completo durante el embarazo de Marie. Sin embargo, cuando Marie tenía algunos meses de edad, Marta comenzó a beber nuevamente, en su mayoría vino, durante las tardes y mucho más que antes. Intentaba disimular de alguna manera las cantidades que bebía, temiendo la crítica de Miguel. Él lo hacía. La acusaba de no intentar, de no importarle, y de ser egoísta. Marta encontraba que tel tenía razón. Se sentía cada vez menos capaz de tomar decisiones y cada vez más dependiente de Miguel. Pensaba que él merecía algo mejor, pero también se sentía ofendida por sus críticas y actitudes paternalistas. Comenzó a beber más, incluso durante el día. Miguel comenzó a llamarla alcohólica.

Análisis: Ha surgido el patrón de enfermedad en un cónyuge con Marta como quien hace la mayor cantidad de ajustes en su funcionamiento para conservar la armonía en el matrimonio. Es más fácil para Marta ser el problema, que enfrentarse a Miguel cuando la diagnostica; además, Marta siente que verdaderamente el problema es ella. A medida que se despliega el patrón, Miguel sobrefunciona cada vez más y Marta subfunciona cada vez más. Miguel es tan alérgico al conflicto como lo es Marta, prefiriendo funcionar por ella en lugar de arriesgar la falta de armonía que desencadenaría esperar que ella funcione más responsablemente.

Cuando Amy y Marie estaban en edad escolar, Marta llegó a un punto muy bajo. Se sentía inútil y fuera de control. Sentía que Miguel lo hacía todo, pero que no podía hablar con él. A su médico le preocupaba su salud física. Finalmente, Marta le confió la cantidad que bebía. Miguel la había estado presionando para que buscara ayuda, pero Marta había llegado al punto de resistir casi todas las instrucciones de Miguel. Sin embargo, el médico la asustó y decidió ir a Alcohólicos Anónimos.

Marta se sintió completamente aceptada por el grupo de AA y enormemente liberada al contar su historia. Dejó la bebida casi inmediatamente y desarrolló una conexión muy cercana con su guía, una mujer de mayor edad. Sentía que podía ser ella misma con la gente de AA, de una manera en que no podía hacerlo con Miguel. Comenzó a funcionar mucho mejor en la casa, consiguió un empleo de medio tiempo, también iba frecuentemente a las reuniones de AA. Miguel, quien se había quejado amargamente sobre su manera de beber, ahora se quejaba de lo que él veía como una obsesión por sus nuevos amigos de AA. Marta obtenía cierta fortaleza de aquellos nuevos amigos y se sentía impulsada por ellos para “enfrentar” a Miguel. Lo hizo. Comenzaron a pelearse con frecuencia. Marta se sentía nuevamente más como ella misma. Miguel se sentía amargado.

Análisis: Para Marta, el involucrarse con AA le ayudó a dejar la bebida, pero no solucionó el problema familiar. No ha cambiado el nivel de tensión familiar ni la distancia emocional en el matrimonio. A raíz del “préstamo de fortaleza” de su grupo de AA, Marta está más propensa a pelearse con Miguel, en lugar de complacerle e interiorizar la ansiedad. Esto significa que el patrón marital ha cambiado un poco, de disfunción en un cónyuge a conflicto marital, pero el funcionamiento básico de la familia no ha cambiado. En otras palabras, el nivel de diferenciación del self de Marta no ha cambiado por involucrarse con AA, pero su funcionamiento ha mejorado.

  • 4. Proceso de Proyección Familiar

Proceso de Proyección Familiar

El proceso de proyección familiar describe la principal manera en que los padres transmiten sus problemas emocionales a un hijo. El proceso de proyección puede perjudicar el funcionamiento de uno o más hijos e incrementar su vulnerabilidad a síntomas clínicos. Los hijos heredan muchos tipos de problemas (también fortalezas) a través de la relación con sus padres, pero los problemas heredados que afectan en mayor medida sus vidas son las sensibilidades ante las relaciones interpersonales. Por ejemplo, una gran necesidades de atención y aprobación; la dificultad para lidiar con las expectativas; la tendencia a culparse a sí mismo o a otros; el sentirse responsable por la felicidad de los demás o sentir que los demás son responsables de su propia felicidad; o el actuar impulsivamente para liberar la ansiedad del momento en lugar de tolerarla y actuar con cordura. Si el proceso de proyección es suficientemente intenso, el hijo desarrollará mayor sensibilidades a las relaciones que sus padres. Las sensibilidades incrementan la vulnerabilidad de la persona a desarrollar síntomas, ya que tal sensibilidad promueven comportamientos que elevan la ansiedad crónica en un sistema relacional.

El proceso de proyección tiene tres pasos:

(1) el padre/madre se enfoca en un hijo por temor a que algo esté mal con el hijo;
(2) el padre/madre interpreta el comportamiento del hijo como confirmación del temor;
(3) el padre/madre trata al hijo como si verdaderamente hubiera algo mal con él/ella.

Los pasos de analizar, diagnosticar y tratar al niño, comienzan a una edad temprana y continúan a lo largo de los años de crecimiento. Los temores y percepciones del padre/madre afectan tánto el desarrollo y el comportamiento del hijo, que el niño o niña los termina incorporando. Una razón por la cual el proceso de proyección se desarrolla como una profecía autocumplida, es que los padres intentan “arreglar” el problema que le han diagnosticado al hijo; por ejemplo, si los padres perciben que su hijo tiene baja autoestima, lo reafirman constantemente, y la autoestima del hijo crece dependiente de la afirmación de ellos.

A menudo los padres sienten que no le han dado suficiente amor, atención o apoyo a un hijo que manifiesta problemas, pero han invertido más tiempo, energía y preocupación en este hijo que en sus hermanos. Los hermanos que están menos involucrados en el proceso de proyección familiar tienen una relación más madura y más basada en la realidad con sus padres, lo que fomenta que se desarrollen como personas menos necesitadas, menos reactivas, y más orientadas a los resultados.

Ambos padres participan igualmente en el proceso de proyección familiar, pero en distintas maneras. La madre generalmente es la persona que pasa más tiempo al cuidado de los hijos, y es más !17 susceptible que el padre a sobreinvolucrarse emocionalmente con uno o más de los hijos. El padre ocupa típicamente la posición de externo en el triángulo parental, excepto durante los períodos de aumento de la tensión en la relación madre-hijo. Ambos padres se sienten inseguros consigo mismos en relación al hijo, pero normalmente uno de los padres actúa con seguridad y el otro le sigue. La intensidad del proceso de proyección no está relacionada a la cantidad de tiempo que los padres pasan con un hijo.

Ejemplo

El caso de Miguel, Marta y Amy ilustra el proceso de proyección familiar. La ansiedad de Marta hacia Amy comenzó antes de que Amy naciera. Marta temía transferirle a su hija las incompetencias que ella misma había sentido desde niña. Esta era una razón por la cual Marta tenía sentimientos contradictorios acerca de ser madre. Como muchos padres, Marta sentía que la tarea más importante de una madre era hacer a un hijo sentirse amado. Con el afán de demostrar amor, era sumamente sensible a los deseos de atención de Amy. Si Amy parecía estar aburrida e irritable, Marta estaba ahí con alguna idea o plan. Creía que la confianza e independencia que pudiera desarrollar un hijo radicaba en que el hijo se sintiera seguro de sí mismo. Marta no se daba cuenta de lo sensible que era ella ante cualquier señal de enojo o preocupación de Amy, y de lo rápido que actuaba para arreglar el problema.

Marta amaba profundamente a Amy. Ella y Amy a menudo parecían ser una sola persona por la forma en que estaban en sintonía la una con la otra. Desde muy pequeña, Amy era tan sensible a los estados de ánimo y las necesidades de su madre como lo era Marta a los estados de ánimo y necesidades de Amy.

Análisis: El que Marta se involucrara excesivamente, programó en Amy un deseo por recibir mucha atención de su madre, así como una gran sensibilidad al estado emocional de ella. Ambas, madre e hija, actuaban para fortalecer la intensa conexión entre ellas.

En cierto punto durante el desarrollo de su relación, Marta comenzó a sentirse irritada por lo que ella consideraba la “insaciable necesidad de atención” de Amy. Marta intentaba distanciarse de las necesidades excesivas de Amy, pero no lo lograba con éxito porque Amy encontraba maneras de involucrarla de nuevo. Marta fluctuaba entre rogar y halagar a Amy, y estar enojada y ser directiva con ella. Eso parecía fusionarlas aún con más fuerza. En esos momentos, Marta buscaba el apoyo de Miguel. A pesar de llamar “insaciable” a la necesidad de atención de Amy, Marta sentía que la niña en realidad necesitaba más de su tiempo, y se culpaba a sí misma por no ser capaz de darle lo suficiente. Quería que Miguel le ayudara con esa tarea. Marta se estresaba si Amy parecía estar enojada con ella. Los enojos de Amy despertaban en Marta sentimientos de culpa y temor de que ya no fueran compañeras cercanas. Quería calmarla y sentirse cercana a ella.

Análisis: Marta culpa a Amy por las exigencias que le hace, pero al mismo tiempo siente que le está fallando. Marta intenta “arreglar” el problema de Amy haciendo más de lo que ya ha estado haciendo, y le pide ayuda a Miguel para ello. Marta está satisfaciendo muchas de sus propias necesidades de cercanía emocional y compañerismo con Amy, y por ende se siente muy agobiada si Amy parece estar infeliz con ella. La distancia marital acentúa la necesidad de Marta por Amy.

El segundo embarazo de Marta transformó una situación razonablemente manejable en una situación inmanejable. El dilema de satisfacer las necesidades de ambas hijas le parecía imposible. Sentía que Amy comenzaba a dar señales de “heredar” sus inseguridades. ¿Cómo le había fallado?

Cuando llegó la hora de que Amy comenzara la escuela, Marta tenía largas conversaciones con la maestra de preescolar para planear la transición. Si Amy se resistía a ir a la escuela, Marta se atemorizaría, enojaría, exasperaría y sentiría culpable. La maestra de preescolar pensaba que ella entendía a los niños como Amy, y se interesó mucho en ella. Amy estuvo brillante, prosperó con la atención de la maestra, y le fue muy bien en la escuela. Marta no tuvo ninguno de estos temores cuando Marie comenzó la escuela y, como era de esperarse, no tuvo ninguno problemas de adaptación. Marie no parecía necesitar tanta atención de la maestra; ella sólo se concentraba en lo que pare ella era interesante.

Conforme fue avanzando Amy en la primaria, su adaptación a la escuela parecía depender en gran medida de la maestra que tuviera durante ese año en particular. Si la maestra aparentaba mucho interés en ella, le iba muy bien, pero si la maestra la trataba como una más del grupo, perdía el interés en su trabajo. Marta se enfocaba en asegurarse de que Amy tuviera la maestra “apropiada” siempre que fuera posible. El desempeño de Marie no dependía de ninguna maestra en particular.

Análisis: La dificultad de Marta para tener un self con sus hijas se refleja al sentirse excesivamente responsable por la felicidad de ambas niñas. Esto le hace muy difícil interactuar cómodamente con dos hijas. Amy transfiere la intensidad de la relación que tiene con su madre hacia sus maestras. Cuando una maestra la hace especial, el desempeño de Amy es muy bueno, pero sin ese tipo de relación, el desempeño de Amy es menos bueno. Marie esta menos involucrada con su madre y, consecuentemente, su desempeño es menos dependiente de las relaciones en la escuela y en el hogar.

Si Amy se quejaba de la forma en que la trataban los otros niños en la escuela, Marta y Miguel hablaban con ella para que no fuera tan sensible, le decían que a ella no debía importarle tanto lo que los demás pensaran. Si Amy tenía alguna amiga especial, ella era extremadamente sensible a que esa amiga le prestara atención a otra niña. Marta sermoneaba a Amy sobre ser menos sensible, pero al mismo tiempo planeaba salidas y fiestas diseñadas para ayudarle a Amy con sus amistades. Miguel criticaba a Marta por esto, diciendo que Amy debería de resolver estos problemas por sí misma, pero básicamente seguía a Marta en todos sus frenéticos esfuerzos.

Análisis: Las palabras de los padres no corresponden a sus acciones. Sermonean a Amy sobre ser menos sensible, pero los frecuentes sermones contradicen sus propias ansiedades acerca de esos temas, y sus dudas acerca de la habilidad de Amy para lidiar con sus dificultades. La sensibilidad de Amy a estar en la posición de externa en un triángulo con sus amigas refleja su programación para tales sensibilidades en las relaciones en el triángulo parental.

Marta y Amy tenían disturbios en su relación durante los años de primaria de Amy, pero las cosas empeoraron en la secundaria. Amy comenzó a tener problemas académicos y se quejaba de sentirse perdida en una escuela más grande. A Marta le parecía que ella estaba infeliz. Le habló a Miguel y al pediatra acerca de conseguirle terapia a Amy. Contrataron tutores para Amy en dos de sus materias, a pesar de que sabían que parte del problema era que Amy no trabajaba mucho en ellas. Cuando las calificaciones de Amy no mejoraron, Miguel la criticó por no aprovechar la ayuda que le estaban dando y por no apreciarlos como padres. Marta regañó a Miguel por ser tan duro con Amy, pero internamente la criticaba aún más que Miguel. Ella había trabajado duro para prevenir precisamente estos problemas en Amy. ¿Cómo Amy podía decepcionarla tanto? Durante los veranos, cuando no había presiones académicas, Marta y Amy se llevaban mucho mejor.

Análisis: Comúnmente los padres critican mucho al hijo con el cual han estado excesivamente involucrados si disminuye su rendimiento. Buscan que el niño reciba terapia o tenga tutores en lugar de pensar en los cambios que ellos mismos tienen que hacer. La medicina, la psiquiatría y la sociedad en general refuerzan el enfoque sobre el niño al definir el problema como parte del niño, y con frecuencia implicando que los padres no son lo suficientemente atentos y cuidadosos.

Los grandes cambios ocurrieron cuando Amy comenzó la universidad. Marta sentía que Amy le contaba cada vez menos de lo que sucedía en su vida y que estaba más sombría y distante. También tenía un nuevo grupo de amigas que le parecían menos deseables a Marta, y había descubierto a los chicos. Marta y Amy entraban en conflicto con más frecuencia. Amy se sentía controlada por sus padres, sentía que no le daban la libertad suficiente para tomar sus propias decisiones, escoger a sus propias amigas. Se resentía por las intrusiones obvias de su madre en su cuarto cuando ella no estaba. Comenzó a mentirle a su madre en un esfuerzo por evadir sus reglas. Marta ya no bebía, pero le preocupaba que Amy estuviera usando drogas y alcohol. Enfrentó a Amy acerca de esto, pero sus enfrentamientos fueron recibidos con negativas.

Cuando Marta se sentía particularmente abrumada por la situación, Miguel intervenía e intentaba poner orden con Amy. Acusaba a Amy de no apreciar todo lo que habían hecho por ella y de intentar hacerles daño deliberadamente. Quería saber “por qué” ella les desobedecía. Amy se ponía “contestona” con su padre en estas discusiones, y en ese momento intervenía Marta. Amy se mantenía lejos de la casa con más frecuencia, les hablaba cada vez menos a sus padres, y se involucró con un grupo bastante rebelde. Comenzó a actuar tal como sus padres temían, pero no se sentía particularmente bien consigo misma ni con lo que estaba haciendo. Se sentía muy apartada de sus padres. Los padres ponían bastante atención a las bajas calificaciones de Amy, y trataban de corregirla con sermones y castigos, pero Amy evadía con facilidad estos esfuerzos por controlarla y cambiarla.

Análisis: Mientras más intenso ha sido el proceso de proyección familiar, más intensa la rebelión adolescente. Los padres normalmente atribuyen la rebelión a la adolescencia, pero la reactividad de los padres hacia el hijo aumenta tanto la rebelión como la reactividad del hijo. Cuando los padres exigen saber “por qué” Amy se comporta como lo hace, ponen el problema en Amy. Similarmente, los padres con frecuencia culpan a la influencia del círculo de amigos, cosa que también coloca el problema fuera de ellos mismos. Los amigos son una influencia importante, pero la vulnerabilidad de un hijo a la presión de los amigos está relacionada a la intensidad del proceso familiar. El proceso familiar intenso cierra la comunicación y aísla a Amy de la familia. Esta es la razón por la cual un hijo que está intensamente conectado a sus padres puede sentirse distanciado de ellos. Los hermanos que están menos involucrados en el problema familiar navegan en su adolescencia con más facilidad.

Miguel y Marta criticaban cada vez más a Amy, pero también se aferraban a cualquier señal que indicara que ella estaba mejorando. Le dieron su propio teléfono, le compraron la ropa que ella “tenía que tener”, y le regalaron un automóvil para su decimosexto cumpleaños. Muchas de estas cosas se hicieron con el afán de hacer a Amy sentirse especial e importante, con la esperanza de que eso la motivara a comportarse mejor. Durante toda la confusión que envolvía a Amy, Marie no presentaba muchos problemas.

Análisis: La permisividad de los padres es tan importante en el perpetuar los problemas en Amy como lo es el criticarla constantemente. Como adolescente, Amy es tan crítica de sus padres como lo son ellos de ella. Marie es una persona más madura que Amy, pero no está libre del problema familiar; por ejemplo, se pone del lado de sus padres al culpar a Amy por la turbulencia en la familia.

  • 5. Proceso de Transmisión Multigeneracional

Proceso de Transmisión Multigeneracional

El concepto del proceso de transmisión multigeneracional describe la manera en que pequeñas diferencias en los niveles de diferenciación entre los padres y sus hijos y entre los miembros de un grupo de hermanos conllevan, a lo largo de muchas generaciones, a diferencias pronunciadas en la diferenciación entre los miembros de una familia multigeneracional. La información que crea estas diferencias se transmite de generación en generación a través de las relaciones. La transmisión ocurre en varios niveles que están conectados entre si, desde la enseñanza y el aprendizaje conscientes de la información, hasta la programación automática e inconsciente de comportamientos y reacciones emocionales. La información transmitida en forma genética y aquella transmitida a través de las relaciones interactúan para dar forma al self de un individuo.

El hecho de que el nivel de diferenciación del self de una persona es similar a los niveles de sus padres, resulta de la combinación de padres que activamente dan forma al desarrollo de sus hijos, hijos que responden innatamente a los estados de ánimo, actitudes, y acciones de sus padres, y un largo período de dependencia de los hijos. Sin embargo, los patrones de relación de los sistemas emocionales de la familia nuclear frecuentemente resultan en que al menos un miembro del grupo de hermanos desarrolle un poco más self y otro miembro desarrolle un poco menos self que los padres.

El siguiente paso en el proceso de transmisión multigeneracional es que las personas seleccionen, de manera predecible, parejas con niveles de diferenciación del self que coinciden con los suyos. Por tal motivo, si el nivel de self de un hermano es más alto y el nivel de self de otro hermano es más bajo que el de los padres, el matrimonio de un hermano será más diferenciado y el matrimonio del otro hermano será menos diferenciado que el matrimonio de los padres. Si cada hermano luego tiene un hijo que está más diferenciado y un hijo que está menos diferenciado que él mismo, una línea de tres generaciones se torna progresivamente más diferenciada (el hijo más diferenciado del hermano más diferenciado) y otra línea se torna progresivamente menos diferenciada (el hijo menos diferenciado del hermano menos diferenciado). A medida que estos procesos se repiten a lo largo de varias generaciones, las diferencias entre las líneas familiares son cada vez más marcadas.

El nivel de diferenciación del self puede afectar la longevidad, la estabilidad matrimonial, la reproducción, la salud, los logros educativos, y el éxito profesional. Este impacto de la diferenciación en el funcionamiento general en la vida explica la marcada variación que típicamente existe en las vidas de los miembros de una familia multigeneracional. Las personas altamente diferenciadas tienen familias nucleares inusualmente estables y contribuyen en gran medida a la sociedad; las personas poco diferenciadas tienen vidas personales caóticas y dependen en gran medida de los demás para que los sustenten. Una implicación clave del concepto multigeneracional es que las raíces de los problemas humanos más severos, así como las raíces de los más altos niveles de adaptación humana, tienen una profundidad de varias generaciones.

El proceso de transmisión multigeneracional no sólo programa los niveles de self que desarrollan las personas, sino que también programa la manera en que las personas interactúan con los demás. Ambos tipos de programación afectan la selección de un cónyuge. Por ejemplo, si una familia programa a alguien a apegarse intensamente a los demás y a funcionar de una manera impotente e indecisa, esa persona muy probablemente seleccionará una pareja que no solamente se apegue a ella con la misma intensidad, sino que dirija a los demás y tome decisiones por ellos.

Ejemplo

El proceso de transmisión multigeneracional contribuye a explicar los patrones particulares que se han presentado en la familia nuclear de Miguel, Marta, Amy y Marie. Marta es la menor de tres hijas de una familia intacta del Centro de los Estados Unidos. Desde sus años de adolescencia, Marta no se sentía especialmente cercana a ninguno de sus padres, pero particularmente a su madre. Experimentó a su madre como alguien competente y cariñosa, pero frecuentemente crítica e intrusiva en sus cosas. Marta sentía que no le podía dar gusto a su madre.

Sus hermanas parecían sentirse más seguras y competentes que Marta. Ella se preguntaba cómo podía crecer en una familia aparentemente “normal” y tener tantos problemas, y se contestaba que algo debía estar mal en ella. Cuando enfrentaba dilemas importantes en su vida y tenía decisiones que tomar, su madre se involucraba e influía fuertemente en sus elecciones. Su madre decía que Marta debía tomar sus propias decisiones, pero sus acciones no iban de acuerdo con sus palabras. Uno de los mayores temores de su madre era que Marta tomara la decisión equivocada. Con el tiempo, las hermanas de Marta la terminaron viendo como la veía su madre y la trataban como la bebé de la familia, como alguien que necesitaba una guía especial. El padre de Marta sentía empatía con la posición inferior que ella ocupaba en la familia, pero se distanciaba de las tensiones familiares.

Marta se odiaba a sí misma por necesitar la aceptación y aprobación de los demás para funcionar con efectividad, y por sentir que no podía actuar con más independencia. Temía tomar la decisión equivocada y con frecuencia buscaba a su madre para que la ayudara.

Análisis: El principal patrón de relación en la familia de origen de Marta era el deterioro en uno o más de los hijos y el proceso de proyección se enfocaba primordialmente en Marta. El sobrefuncionamiento de la madre promovía el funcionamiento deficiente de Marta, pero Marta se culpaba en gran medida a sí misma por sus dificultades para tomar decisiones y para funcionar independientemente. Su intensa necesidad de aprobación y de aceptación reflejaba el alto nivel de involucramiento con su madre. Manejaba la intensidad de la relación con su madre a través de distancia emocional. Estos patrones básicos se repetirían más tarde en su matrimonio y con Amy.

La madre de Marta es la hija mayor en su familia y funcionó como una segunda madre para sus tres hermanos menores. La madre de la madre de Marta se convirtió en una minusválida crónica después del nacimiento de su último hijo. Cuando niña, la madre de Marta funcionaba como una segunda madre en su familia y, a petición de su padre, era la que se encargaba principalmente del cuidado de su madre minusválida. La madre de Marta gozaba de la aprobación de sus dos padres, especialmente de su padre. Su padre a menudo criticaba a su esposa, insistiendo en que ella podría hacer más cosas por su cuenta si lo intentara. La abuela de Marta respondía a estas críticas yéndose a la cama, a menudo por varios días. La madre de Marta aprendió a prosperar en el cuidado de los demás y en el ser necesitada.

Análisis: La madre de Marta probablemente tenía un involucramiento casi tan intenso con sus padres como el que tuvo después con Marta, pero los estilos de involucramiento eran diferentes. En la familia nuclear de la madre de Marta dominaban dos patrones de relación: disfunción en un cónyuge y sobreinvolucramiento con un hijo. La madre de Marta estaba intensamente involucrada en los triángulos con sus padres y sus hermanos menores, y estaba en la posición de sobrefuncionamiento para los demás. En otras palabras, aprendió a satisfacer sus necesidades de cercanía emocional fuertemente programadas cuidando de los demás, un patrón que luego repitió con Marta.

Miguel creció como hijo único en una familia intacta del Nor-oeste de los Estados Unidos. Conoció a Marta cuando estaba en la universidad localizada en el Centro. La madre de Miguel comenzó a sufrir de episodios frecuentes de depresión severa en el momento en que el entraba la universidad. Fue internada en hospitales psiquiátricos en dos ocasiones, una vez tras una sobredosis de tranquilizantes.

Miguel se sentía “alérgico” a los muchos problemas de su madre y se mantenía alejado de ella, especialmente durante su adolescencia. Se preocupaba por ella y sentía que ella lo ayudaría en cualquier forma que pudiera, pero la consideraba indefensa e incompetente. Le molestaba que “no se esforzara más”. Tenía una relación razonablemente cómoda con su padre, pero sentía que su padre empeoraba la situación familiar al optar por “la paz a cualquier precio”. A su padre le era más fácil ceder que poner límite ante las exigencias a menudo infantiles, de su esposa. Miguel se relacionaba con su madre casi exactamente igual como lo hacía su padre. Su madre expresaba resentimiento por la pasividad de su esposo. Lo acusaba de que en realidad ella no le importaba, que sólo hacía cosas por ella porque ella se lo exigía. La madre de Miguel tenía a Miguel en un altar y sentía celos de los intereses y las personas que lo alejaban de ella.

Análisis: Interesantemente, el triángulo parental de Miguel era parecido al triángulo parental de la madre de Marta. Su madre estaba involucrada intensamente con él y eso programó a Miguel a necesitar este nivel de soporte emocional de una mujer importante en su vida, pero también a reaccionar críticamente a las necesidades excesivas de esa mujer. El triángulo parental de Miguel también fomentaba la creencia de que él siempre tenía la razón.

La madre de Miguel había sido una “estrella” en su familia cuando estaba creciendo. Era una excelente estudiante y atleta. Tenía una relación muy conflictiva con su madre y una imagen idealizada de su padre. Conoció al padre de Miguel cuando ambos estaban en la universidad. Era dos años mayor que ella y cuando él se graduó, ella dejó la universidad para casarse con él. Sus padres estaban muy molestos por la decisión. El padre de Miguel había estado desocupado cuando conoció a su futura esposa, pero ella era lo que él necesitaba. Construyó una carrera comercial muy exitosa con el apoyo emocional de ella. Su funcionamiento era más alto en su vida profesional que en su vida familiar.

Análisis: El padre de Miguel funcionaba a un nivel más alto en su vida profesional que en su vida familiar, una discrepancia que se presenta comúnmente en las personas con niveles medios de diferenciación del self.

  • 6. Corte Emocional

Corte Emocional

El concepto de corte emocional describe cómo las personas manejan sus problemas emocionales no resueltos con padres, hermanos y otros miembros de la familia, reduciendo o eliminando por completo el contacto emocional con ellos. Las personas pueden reducir el contacto emocional alejándose de sus familias y visitándolas rara vez, o quedándose en contacto físico con ellas, pero evitando los temas delicados. Las relaciones pueden parecer estar “mejor” si las personas se desconectan entre sí, pero los problemas están latentes y sin resolver.

Las personas reducen las tensiones de las interacciones familiares mediante el corte emocional, pero arriesgan darles demasiada importancia a sus nuevas relaciones. Por ejemplo, mientras más se desconecte un hombre de su familia de origen, más buscará que su esposa, hijos y amigos satisfagan sus necesidades. Esto lo hace vulnerable a presionarlos para que actúen de ciertas maneras de acuerdo a sus necesidades o a que él se ajuste demasiado a las expectativas que ellos tienen de él, por miedo a poner en peligro la relación. Las relaciones nuevas comúnmente son fáciles al principio, pero los patrones de los cuales las personas intentan escapar, eventualmente emergen y generan tensiones. Las personas que están en corte emocional pueden intentar estabilizar sus relaciones íntimas al crear “familias” sustitutas con relaciones sociales y de trabajo.

Todas las personas tienen un cierto grado de apego no resuelto a su familia de origen, pero las personas bien diferenciadas tienen un grado mayor de resolución que las personas menos diferenciadas. Un apego no resuelto puede tomar muchas formas. Por ejemplo, (1) una persona se siente más como hijo cuando está en casa y busca que sus padres tomen decisiones por él, aunque él podría tomarlas por sí mismo, o (2) una persona se siente culpable cuando tiene más contacto con sus padres y siente que debe resolver los conflictos y angustias de ellos, o (3) una persona se enfurece de que sus padres no parecen entenderlo o aprobarlo. Un apego no resuelto tiene que ver con la inmadurez tanto de los padres como del hijo adulto, pero las personas comúnmente se culpan a sí mismas o a otros por los problemas.

Las personas comúnmente quieren ir a la casa de su familia de origen, con la esperanza de que ahora si, las cosas van a ser diferentes, sin embargo, las antiguas interacciones suelen aparecer en cuestión de horas. Pueden tomar la forma de armonía superficial con poderosas corrientes emocionales de trasfondo, o puede deteriorarse en peleas a gritos e histeria. Tanto la persona como su familia pueden sentirse exhaustos, incluso después de una breve visita. Puede ser más fácil para los padres si un hijo adulto mantiene su distancia. La familia se pone tan ansiosa y reactiva cuando él está en casa que se sienten liberados cuando se va. Los hermanos de un miembro muy distanciado a menudo se enfurecen con él cuando está en casa, y lo culpan de molestar a los padres. Los miembros familiares no quieren que las cosas sean así, pero las sensibilidades de todos los involucrados impiden el contacto cómodo.

Ejemplo

Ni Miguel ni Marta querían vivir cerca de sus familias. Cuando a Miguel le ofrecieron un buen trabajo en la Costa Este, ambos estaban ansiosos de mudarse. Les dijeron a sus familias que se cambiaban de ciudad por la excelente oferta de trabajo de Miguel, pero deseaban la distancia física de sus familias. Miguel se sentía culpable por vivir lejos de sus padres, y sus padres estaban disgustados por ello, especialmente su madre. Miguel llamaba a su casa todos los fines de semana y lograba combinar sus viajes de negocios con estadías breves con sus padres. Nunca tenía muchas ganas llamarlos y generalmente se sentía deprimido al concluir la llamada. Sentía como si su madre deliberadamente lo hiciera sentir culpable al hacer hincapié en lo mal que se sentía ella y lo mucho que lo extrañaba. Nunca dejaba de preguntarle si su compañía podría transferirlo más cerca de casa. Era mucho menos deprimente para Miguel hablar con su padre, pero hablaban más bien acerca del trabajo de Miguel y de lo que hacía su padre jubilado.

Análisis: Miguel culpaba a su madre por los problemas en la relación con ella y, a pesar de sentirse culpable, justificaba su distanciamiento de ella. Las personas suelen tener un apego emocional no resuelto más “pegajoso” con sus madres que con sus padres, porque la manera en que un triángulo parental normalmente opera es que la madre está sobreinvolucrada con el hijo y el padre está en la posición externa.

Durante los primeros años, Marta en ocasiones participaba en las llamadas que hacía Miguel a su casa, pero al incrementarse los problemas, comenzó a déjalo solo. Miguel no les contaba mucho a sus padres de la afición por la bebida de Marta o de las tensiones en su matrimonio. Les platicaba cómo les iba a las niñas. Miguel, Marta y las niñas solían visitar una vez al año a los padres de Miguel. Nunca era motivo de contento los cuatro días que pasarían allá, pero la madre de Miguel disfrutaba tenerlos cerca. Marta nunca decía nada a los padres de Miguel acerca de su bebida o de las tensiones maritales, pero le hablaba mucho de Amy a la madre de Miguel. Amy a menudo desarrollaba infecciones en el oído durante estos viajes o poco después de regresar.

Análisis: A menudo, uno o más miembros de la familia se enferman antes, durante o poco después de los viajes a casa de sus padres. Amy era más vulnerable debido al enfoque ansioso en ella.

Marta se apegaba a un patrón parecido al de Miguel al tratar con su familia. Una diferencia era que sus padres los visitaban a menudo. Cuando venían, la madre de Marta se preocupaba más de su hija y criticaba tanto su manera de beber como la manera en que estaba criando a Amy. Marta temía estas interacciones con su madre y se quejaba con Miguel durante varios días después de que sus padres regresaban a su casa. Sin embargo, en el fondo, Marta sentía que su madre tenía razón sobre sus deficiencias. La madre de Marta le sacaba información a Miguel acerca de Marta cuando esta se resistía a hablar. Miguel estaba muy dispuesto a discutir las deficiencias que percibía en Marta con su madre.

Análisis: Dadas las increíbles similitudes entre los problemas no resueltos en la relación de Miguel con su familia, la relación de Marta con su familia, y los problemas en su matrimonio, el corte emocional obviamente no resolvió ningún problema. Simplemente trasladó los problemas hacia su relación marital y hacia Amy.

  • 7. Posición entre Hermanos

Posición entre Hermanos

La teoría Bowen incorpora las investigaciones del psicólogo Walter Toman como una base para su concepto de posición entre hermanos. Bowen observó el impacto de la posición entre hermanos en el desarrollo y el comportamiento en sus investigaciones de la familia. Sin embargo, pensó que el trabajo de Toman estaba tan completo y tan de acuerdo con sus ideas, que lo incorporó a su teoría.

La idea básica es que las personas que crecen con la misma posición entre hermanos tienen, de manera predecible, características importantes en común. Por ejemplo, los hijos mayores tienden a gravitar a posiciones de liderazgo y los hijos menores a menudo prefieren ser los seguidores. Las características de una posición no son “mejores” que las de otra posición, sino complementarias. Por ejemplo, un jefe que es un hijo mayor podría trabajar excepcionalmente bien con un primer asistente que es un hijo menor. A los hijos menores les podrá gustar estar al mando, pero su estilo de liderazgo difiere típicamente del estilo de un hijo mayor.

Las investigaciones de Toman mostraron que la posición entre hermanos de los cónyuges afecta la probabilidad de que se divorcien. Por ejemplo, si un hermano mayor de una hermana se casa con una hermana menor de un hermano, existe menos posibilidad de divorcio que si un hermano mayor de un hermano se casa con una hermana mayor de una hermana. El número u orden de hermano se complementan en el primer caso y cada cónyuge está acostumbrado a vivir con alguien del sexo opuesto. Sin embargo, en el segundo caso, las posiciones en el orden no se complementan y ninguno de los cónyuges creció con un miembro del sexo opuesto. Un hermano mayor de un hermano y una hermana mayor de una hermana están predispuestos a pelearse por estar al mando; los hijos menores están predispuestos a pelearse por quién se puede apoyar en quién.

Las personas que tienen la misma posición entre hermanos, claro está, muestran marcadas diferencias en su funcionamiento. El concepto de diferenciación puede explicar algunas de las diferencias. Por ejemplo, en lugar de sentirse cómodo con la responsabilidad y el liderazgo, un hijo mayor en el que se enfocaron con mucha ansiedad puede crecer hacia ser marcadamente indeciso y altamente reactivo a las expectativas. Consecuentemente, su hermano menor puede convertirse en el “mayor funcional”, llenando un vacío en el sistema familiar. Él es el hijo cronológicamente menor, pero desarrolla más características de un hijo mayor que su hermano mayor. Un hijo menor en el que se enfocaron con mucha ansiedad puede llegar a convertirse en una persona increíblemente inútil y exigente. En contraste, dos hijos menores maduros pueden cooperar muy eficazmente en un matrimonio y tener un riesgo muy bajo de divorcio.

Los hijos de en medio exhiben las características funcionales de dos posiciones de hermano. Por ejemplo, si una niña tiene un hermano mayor y una hermana menor, ella normalmente tiene algunas de las características tanto de una hermana menor de un hermano y de una hermana mayor de una hermana. La posición entre hermanos de los padres de una persona también es importante de considerar. Un hijo mayor cuyos padres ambos son los menores de su familia se topa con un conjunto diferente de expectativas paternales que un hijo mayor cuyos padres son ambos los mayores.

Ejemplo

El conocimiento de la posición entre hermanos de Miguel y Marta y el de sus padres nos ayuda a entender aún más la manera en que se desarrollaron las cosas en sus vidas. Marta es la menor de tres niñas y fue la hija en la que su familia se enfocó más intensamente. Más aún, la madre de Marta es la mayor de cuatro hermanos y fue criada en una familia con una madre que era una minusválida crónica. La madre de Marta no era una hija mayor muy bien diferenciada. Su energía de vida estaba enfocada en cuidar y en dirigir a los demás hasta el punto en que inconscientemente socavaba el funcionamiento de su hija menor. Marta representó el lado opuesto del problema al convertirse en una persona indecisa, desvalida, y propensa a culparse a ella misma. El padre de Marta era el hermano menor en una familia de cinco niños.

Análisis: Marta, debido al enfoque de su madre en ella, tiene los atributos moderadamente exagerados de una hija menor. Más aún, el hecho de que su padre sea un hijo menor y que su madre sea la mayor propició que el funcionamiento de su madre pusiera el tono en la familia. En otras palabras, su madre era más rápida que su padre para actuar frente a los problemas.

Miguel es un hijo único que, al igual que la madre de Marta, se crió en una familia con una madre que tenía muchos problemas. El padre de Miguel es el hijo menor de una hermana y su madre es la hermana mayor de un hermano. La madre de Miguel fue la hija en la cual se enfocaron más cuando ella crecía, un enfoque que tomó forma de altas expectativas de desempeño sumados a una ansiedad familiar considerable acerca de la habilidad de ella para satisfacer esas expectativas. En gran medida, el padre de Miguel dependía mucho de su esposa para afirmación y dirección, incluso cuando ella estaba deprimida y abrumada. Como hijo único, el patrón de funcionamiento del triángulo que formaba con sus padres fue la influencia principal en el desarrollo de Miguel. Su programación emocional en ese triángulo lo hizo encajar perfectamente con Marta.

Análisis: La posición de hijo único de Miguel lo hace ser algo reacio a tomar el liderazgo en su familia nuclear. Quiere que Marta funcione mejor y que acepte más responsabilidad. Es infeliz al sentir la presión en sí mismo. A pesar de estar en la posición de superior en el matrimonio, depende tanto de Marta como su padre dependía de su esposa.

  • 8. Proceso Emocional en la Sociedad

Proceso Emocional en la Sociedad

Cada concepto en la teoría Bowen se aplica a grupos no familiares, tales como organizaciones de trabajo y organizaciones sociales. El concepto de proceso emocional en la sociedad describe cómo el sistema emocional gobierna el comportamiento en el ámbito social, fomentando períodos tanto progresivos como regresivos en una sociedad. Las fuerzas culturales son importantes en la manera en que funciona una sociedad, pero son insuficientes para explicar los altibajos en la efectividad de la adaptación de las sociedades a los desafíos a los que se enfrentan.

La primera pista que tuvo Bowen acerca de las similitudes entre el funcionamiento emocional familiar y social, provino de tratar a familias con delincuentes juveniles. Los padres en dichas familias transmiten el mensaje de “te queremos sin importar lo que hagas”. A pesar de los sermones apasionados acerca de la responsabilidad y los castigos, severos en ocasiones, los padres ceden con el hijo más de lo que le ponen límites. El hijo se rebela contra los padres y es muy apto para detectar la incertidumbre de sus posiciones. Se siente controlado y miente para evitar a sus padres. Sus castigos le son indiferentes. Los padres intentan controlar al hijo, pero son, en gran medida, inefectivos.

Bowen descubrió que, durante los años sesenta, los tribunales se convirtieron como en “padres” de los delincuentes. Muchas personas en el sistema de tribunales de menores consideraban al delincuente como una víctima de malos padres. Intentaban comprenderlo y a menudo reducían las consecuencias de sus acciones con la esperanza de propiciar un cambio en su comportamiento. Si el delincuente se convertía en un ofensor frecuente, el sistema legal, tal como los padres, le hacía saber su decepción y le imponía castigos severos. Este reconocimiento de que había sucedido un cambio en una institución social llevó a Bowen a darse cuenta de que cambios similares ocurrían en otras instituciones, como las escuelas y los gobiernos.

La espiral descendente en las familias relacionadas con la delincuencia es una regresión en el funcionamiento propiciada por la ansiedad. En una regresión, las personas actúan para liberar la ansiedad del momento en lugar de actuar bajo algún principio y con una visión a largo plazo. Después de la segunda guerra mundial comenzó a desarrollarse un patrón de regresión. Empeoró un poco durante los años cincuenta y se intensificó rápidamente durante los años sesenta. Los “síntomas” de la regresión social incluyen un crecimiento en el crimen y la violencia, un aumento en las tasas de divorcio, una actitud más litigiosa, una mayor polarización entre grupos étnicos, toma de decisiones de los líderes menos basada en principios, epidemia del abuso de drogas, incremento en casos de bancarrota, y un enfoque en los derechos por sobre las responsabilidades.

Las sociedades humanas experimentan períodos de regresión y progresión a lo largo de su historia. La regresión actual parece estar relacionada con factores como la explosión demográfica, una sensación de fronteras que desaparecen, y la sobreexplotación de recursos naturales. Bowen predijo que la regresión actual continuaría, tal como en una regresión familiar, hasta que las consecuencias provenientes del buscar la salida fácil ante los problemas complicados excedieran al sufrimiento asociado con el actuar bajo una visión a largo plazo. Predijo que eso ocurrirá antes de la mitad del siglo veintiuno y debería resultar en que los seres humanos vivan en mayor armonía con la naturaleza.

Ejemplo

Es más difícil para las familias criar a sus hijos durante un período de regresión social que durante un período más calmado. Un relajamiento de los estándares en la sociedad hace que sea más difícil para los padres menos diferenciados como Miguel y Marta, sostener límites con sus hijos. La inflación de las calificaciones en muchos sistemas escolares hace más fácil que los estudiantes obtengan calificaciones aprobatorias con menos trabajo. En el ambiente litigioso, si las escuelas intentan ser firmes con lo que honestamente pueden hacer por sus estudiantes, a menudo se topan con demandas de padres iracundos. La cotidianidad del abuso de las drogas y el alcohol les da a los padres más cosas de qué preocuparse con sus adolescentes.

La regresión social actual se caracteriza una cultura que se enfoca mas en los hijos. Existe una gran ansiedad por la futura generación. A los padres se les critica de estar demasiado ocupados con sus propias actividades y que no están adecuadamente disponibles para sus hijos, tanto para apoyarlos como para monitorear sus actividades. Cuando los niños como Amy indican que se sienten distantes de sus padres y aislados de sus valores, los críticos de los padres no aprecian la intensidad emocional que genera dicho aislamiento. Los críticos incitan a los padres a que hagan más de lo que ya han estado haciendo.

Las personas que promulgan más atención en los niños citan los muchos problemas que están teniendo los jóvenes, como justificación de su postura. El usar los problemas del niño como justificación para incrementar el foco en ellos, es precisamente lo que los padres enfocados en sus hijos han estado haciendo desde el principio. Un incremento en los problemas que los jóvenes están teniendo es parte de un proceso emocional en la sociedad entera. Una orientación más constructiva sería que la gente analice sus propias contribuciones a la regresión social y trabajen sobre sí mismos en lugar de enfocarse en mejorar la generación del futuro. !

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